La salud dental de los bebés será el pilar para su salud futura. El mejor comienzo es con los cuidados dentales de la madre durante el embarazo. Debido a los cambios hormonales muchas mujeres sufren problemas periodontales (de encías) que pueden desembocar en una enfermedad periodontal o en la pérdida de soporte e inserción de alguna pieza dental. Un estrecho monitoreo de la salud gingival puede prevenir problemas más severos y/o permanentes.
Mediante un protocolo de seguimiento periodontal específico mantendremos la salud de las encías de la mujer embarazada. Durante el mismo daremos a la futura madre consejos para el futuro bebé tales como:
- Uso o no de chupete
- Tipos de chupete para cada edad
- Primeros cuidados de encías.
- Mordedores dentales para calmar molestias de erupción
- Juguetes dentales para iniciar el cepillado a modo de juego: masajeadores de encías, dediles, cepillos para bebés.
- Consejos en alimentación. Tanto durante la alimentación con lactancia artificial como en la introducción de alimentación complementaria. Hacemos mucho hincapié en que los padres sean conscientes de que nuestra dieta actual suele tener un exceso de azúcar, que no sólo es nocivo para los dientes.
- Si desde el primer día el niño se acostumbra a una alimentación muy dulce será más difícil reducirla en los años siguientes. Y a eso le sumamos el azúcar “oculto”.
Niños de 2 a 6 años
- Traumatismos dentales
- Hábito de cepillado. Asesoramiento de uso de flúor, cepillos y otros aditamentos
- Control de hábitos y maloclusiones subsidiarias de ortodoncia interceptiva.
- Revisión de dieta e implicación del niño en consumo de azúcares
- Control de caries en dentición temporal. Vigilancia de caries interproximales. Diagnóstico de imagen sin radiación.
- Tratamientos restauradores: obturaciones, pulpotomías, pulpectomías
- Programa preventivo CuíDaTe
- Monitorización de problemas funcionales: respiratorios, fonación, deglución. Colaboración con otorrino y con logopeda.
Niños a partir de 6 años
- Mismos protocolos que en grupo 2-6
- Revisión de inicio de segunda fase de recambio dentario
- Involucración del niño en los cuidados dentales
- Tratamientos preventivos: Selladores de fisuras, fluorización, tratamientos desensibilizantes y remineralizantes
- Tratamiento de mancha blanca. Resinas Icon
- Tratamientos restauradores: obturaciones, pulpotomías, pulpectomías
Derivación a tratamiento de ortodoncia infantil primera fase y/o ortopedia.
Pre-adolescentes y adolescentes
- Protocolos del grupo anterior
- Establecer correcto hábito cepillado. Cepillo eléctrico. Seda dental
- Revisión segunda fase de recambio dentario
- Vigilancia de cambios hormonales y afectación gingival
- Implicación en dieta dento saludable
- Derivación a tratamiento de ortodoncia.
No sólo movemos dientes, también huesos. En adultos desgraciadamente muchas veces es muy tarde si los huesos están fuera de su posición correcta y necesitaremos ayuda de cirugía ortognática, pero en niños estamos a tiempo. En Ortodoncia MGD no sólo nos fijamos en los dientes de los niños, también en sus huesos y sus funciones. Nuestros pequeños pacientes están en crecimiento y en pleno desarrollo.
Unas buenas funciones son esenciales para su correcto desarrollo: respirar bien, dormir sin problemas de apnea (¿te imaginas los problemas que puede desencadenar un cerebro mal oxigenado?), masticar adecuadamente… El crecimiento juega a nuestro favor, porque lo podemos frenar, acelerar o modificar, pero el tiempo juega en nuestra contra. ¡No esperes! Si es demasiado pronto te lo diremos, pero que no tengamos que decirte que es demasiado tarde…
En ortopedia dentofacial actuamos fundamentalmente a dos niveles: maxilar superior y maxilar inferior.
A / Ortopedia en maxilar superior
- Estímulo del crecimiento maxilar, normalmente en el plano anteroposterior y en el transversal. Se trata de niños que presentan un maxilar superior pequeño y muchas veces combinado con paladar ojival. Si no se trata antes de los 10-12 años el caso se puede convertir en un caso quirúrgico en la edad adulta.
Son pacientes que por lo general presentan una clase III (muerden “al revés”). En muchos casos combinados con un exceso de crecimiento mandibular (que suele tener un factor predisponente hereditario), pero en otros el problema original se encuentra sólo en el maxilar superior, bien porque sea un maxilar pequeño desde el nacimiento o que se haya ido “deformando” por hábitos como la succión del dedo o uso prolongado de chupete. Si estos casos no se tratan a una edad temprana podremos encontrarnos con que se produzca una mordida borde a borde (los incisivos superiores no muerden por delante de los inferiores sino que muerden sobre su borde). Ese tipo de mordida es muy incómoda y suele provocar que el niño avance su mandíbula para morder con más dientes. Este avance continuado de la mandíbula sobre estimula el crecimiento mandibular, y un caso que no tenía un problema en la mandíbula se convierte en un caso con exceso de crecimiento mandibular.
En el caso de que el problema sea de falta de desarrollo transversal del maxilar, nos encontraremos con un paladar estrecho y con una mordida incómoda, en este caso en los sectores laterales. Eso hará que el niño tienda a desviar la mandíbula para así morder en un lado bien y en el otro lado cruzado. Las mordidas cruzadas (cuando los molares superiores muerden por dentro de los inferiores) deben de ser tratadas de manera precoz, ya que si no terminan provocando problemas de crecimiento asimétrico en la mandíbula. El lado contrario a la mordida cruzada crece más por mayor estiramiento de la musculatura de ese lado (el contralateral a la mordida cruzada). También implica diferente fuerza masticatoria entre los dos lados. Si se corrige cuando aún queda mucho crecimiento por delante la asimetría suele resolverse espontáneamente. En nuestro caso corregimos estos problemas lo antes posible. Normalmente esperando a tener los primeros molares permanentes en boca y a haber recambiado al menos los incisivos centrales (6-7 años). De esa forma comenzamos un tratamiento interceptivo pero lo incluimos en el tratamiento de primera fase y aprovechamos el tiempo de este tratamientos para resolver todo el resto de problemas que se pueden tratar en esa fase.
En algún caso tratamos antes si el caso es muy severo y/o nos encontramos con un paciente muy colaborador (normalmente poique tengan otros hermanos en tratamiento en ese momento y por imitación respondan bien a un tratamiento interceptivo en ese caso, que suele ser corto (menos de 6 meses) y muy poco molesto.
Este tratamiento se realiza mediante el uso de unos expansores rápidos llamados disyuntores. Pueden emplearse en combinación de un aparato llamado máscara facial, que con el uso de unos elásticos fuertes enganchados al disyuntor, traccionan del maxilar hacia delante.
- Freno de crecimiento del maxilar superior. En los casos en los que lo que se produce un exceso del crecimiento del maxilar superior suele ser en sentido vertical y anterior, crece demasiado hacia abajo y hacia delante. Eso termina originando una cara más alargada y afecta a la mandíbula de modo que impide el correcto crecimiento de la mandíbula, haciendo que ésta se quede atrasada y que rote hacia atrás. Esta combinación de alteraciones en los huesos del tercio inferior de la cara origina muy frecuentemente problemas de respiración oral en estos niños.
La ortopedia de los maxilares ayuda a regular funciones como la respiración, deglución, fonación y masticación.
Este tipo de ortodoncia se realiza con anclajes extraorales. Se componen de un arco de alambre que se encaja en los molares superiores y se ancla a una tira textil que se sujeta en el cuello o en la cabeza, según el vector de fuerza que queramos conseguir en función de la regulación de crecimiento que queramos conseguir.
B/ Ortopedia en maxilar inferior o mandíbula:
- Estímulo del crecimiento mandibular. En los casos en los que la mandíbula no crece suficientemente podemos emplear un tipo de aparatología que a base de forzar al paciente a morder en una posición más avanzada estimula el crecimiento óseo por efecto del estiramiento muscular de la musculatura que se inserta en la mandíbula.
Este tratamiento es más efectivo cuando se realiza en la fase de crecimiento máximo. Dentro de la curva de crecimiento de cada niño hay un área de mayor crecimiento en menos tiempo: es el período comprendido entre el mínimo prepuberal y el mínimo postpuberal). Podemos identificar en qué intervalo de la gráfica del crecimiento se encuentra cada paciente mediante un análisis de radiografía de muñeca (hay muchos huesos en los que poder observar el grado de maduración y además no radiamos otras estructuras del cuerpo). También lo podemos evaluar mediante un análisis de las vértebras del cuello.
Si la mandíbula no tiene un tamaño adecuado, en la edad adulta se pueden presentar problemas de apnea del sueño y problemas articulares y dentales al no ocluir los dientes en la posición correcta.
Los dientes superiores e inferiores estarán muy separados entre sí y el labio se interpondrá entre ellos agravando con el paso de tiempo la maloclusión y provocando que los dientes se separen y tengan menos soporte en el hueso. La ATM (articulación temporomandibular) también sufre en estos casos.
En los últimos años comenzamos a emplear para este tipo de estímulo de crecimiento mandibular aparatología con alineadores. Esta fue una gran innovación en el tratamiento con alineadores en niños. Permite hacer el estímulo de crecimiento en la mandíbula mientras estamos trabajando en el resto de la boca alineando y dando expansión por ejemplo.
Tres de las grandes ventajas que este sistema nos ofrece son:
- el niño lo utiliza casi todo el día (los alineadores se quitan sólo para las comidas), frente al uso nocturno de la aparatología funcional tradicional.
- Permite ir adelantando en tiempo la realización del resto del tratamiento, lo cual acorta el tiempo total de tratamiento. Además, al poder ir haciendo parte de los movimientos dentarios a la vez que el estímulo óseo, podemos empezar la parte de ortopedia muy rápido, sobre todo en los pacientes que llegan a nuestra consulta en una fase de su crecimiento en la que ya están terminando el pico máximo de crecimiento (que es la fase del crecimiento en la que necesitamos actuar para que el tratamiento sea más efectivo).
- Podemos realizar el avance de manera gradual sin tener que estar encargando nuevos aparatos cada poco tiempo, con el trastorno de citas adicionales y costes de laboratorio extra que eso suponía. Con el tratamiento con Invisalign Itma programamos los diferentes avances de la mandíbula desde el principio y se fabrican los alineadores según esa planificación.
En los casos en los que el paladar no es tan estrecho y nos permite expandirlo lo suficiente como para poder tenerlo “suelto” para tirar de él hacia delante, empleamos un protocolo especial de varios ciclos de expansión y contracción con el que hemos conseguido grandes resultados en estos pacientes que hace años representaban un reto.
Este tratamiento se puede hacer en cualquier momento del año, pero solemos aconsejar realizarlo en épocas en las que el niño tenga menos actividades extra-escolares, ya que lo ideal sería un uso de la máscara de 24 horas al día, lo cual no es realista en nuestro país, pero sí intentamos que, excepto en el colegio, la usen todo el tiempo mientras dura la expansión (3-5 semanas). Los mejores momentos son a primeros de Diciembre (aprovechamos el puente y la navidad ya que pasan mucho tiempo en casa) o las vacaciones de semana santa.
- Freno del crecimiento mandibular. Cuando una mandíbula tiene gran potencial de crecimiento es difícil frenarlo. Por eso es vital un comienzo temprano, ya que la mandíbula va a seguir creciendo hasta los 18 años e incluso más. Durante ese tiempo experimentará brotes en los cuales se puede “disparar”. En los casos con antecedentes familiares de prognatismo (mandíbula adelantada) este crecimiento puede, en alguno de esos brotes, provocar que el caso se convierta en quirúrgico.
Por eso en Ortodoncia MGD vigilamos a nuestros pacientes desde edades tempranas, no más tarde de los 6-7 años. E incluso una vez realizada una terapia de ortopedia puede que haya que repetirla. Analizamos diferentes valores predictivos radiológicos, pero la clave siempre va a ser la actuación temprana.
El hecho de tener una amplia trayectoria en tratamientos de ortodoncia y cirugía ortognática nos da más facilidad a la hora de identificar un caso de este tipo en la edad infantil, cuando aún no se ha producido la mayor parte del crecimiento mandibular y cuando identificar problemas esqueléticos en análisis faciales no es tan sencillo.
Solemos emplear mentonera, pero dado que este tipo de mandíbulas tienen mucho potencial de crecimiento y muchas veces “nos dan la sorpresa”, nos ayudamos de aparatología adicional como la máscara facial.
El programa preventivo CuíDaTe es un programa de prevención integral: la prevención es la clave para conseguir una buena salud. En ortodoncia MGD apostamos por enseñar a nuestros pequeños pacientes a cuidar sus dientes para mantenerlos sanos. Para ello hemos elaborado un protocolo para prevención de la caries y otros problemas dentales basados en el riesgo individual de cada niño.
Mediante un análisis completo de cada paciente y sus circunstancias estableceremos el nivel de riesgo al que cada niño está expuesto. Y en base a ese riesgo le ofrecemos un protocolo adaptado a su nivel de riesgo. Este protocolo está basado en el protocolo de Manejo de la caries por la evaluación del riesgo (Caries Management By Risk Assessment: CAMBRA) que permite realizar una odontología basada en la evidencia clínica analizando los factores de riesgo individuales del paciente. Es un cambio de concepto determinante en la Odontología, que nos permitirá aplicar los nuevos avances tecnológicos y los resultados de las investigaciones y conocimientos actuales para conseguir resultados hasta ahora no alcanzados.
Con mucha frecuencia nuestros pacientes muestran frustración porque, a pesar de dedicar tiempo, esfuerzo y dinero, no consiguen resultados a largo plazo de su salud bucal. Este protocolo incorpora técnicas y productos para prevención de la caries, para remineralización y Odontología Mínimamente Invasiva.
Tratamos de buscar un correcto equilibrio entre los factores de riesgo y los de protección de manera individualizada para cada paciente, y crear una buena rutina que permita mantenerlo en el tiempo.
La caries se produce por el ataque de ácidos sobre el diente. Esos ácidos provienen fundamentalmente de la digestión de las bacterias que hay en la boca. Ellas se alimentan sobre todo de azúcares.
El azúcar no sólo está presente de forma directa (chuches) sino de forma «oculta»: azúcar natural de la comida como las frutas, hidratos de carbono complejos (pan, patatas, arroz, pasta..)…
La agresividad de esos azúcares será menor si:
- Se ingieren de manera poco frecuente.
- Si tenemos una saliva con capacidad para neutralizar el ácido.
- Si hay una buena técnica de higiene.
- Si aportamos refuerzo de flúor.
- Si protegemos la superficie dentaria.
Lo primero que haremos es evaluar el riesgo de caries del niño mediante una exploración clínica, exploración radiológica y por transiluminación, análisis de la estructura dental mediante láser Imagen sin radiación, gráfico de placa y análisis de la dieta.
Comenzaremos revisando las técnicas de cepillado y estableciendo el protocolo adecuado según su nivel de riesgo seguiremos un programa detallado de visitas periódicas en las que iremos implementando diversas técnicas y productos para reducir ese nivel de riesgo.
La constancia es la clave del éxito y por eso hemos creado el programa CuíDaTe.
Durante todos los años en los que llevamos colaborando con diversos servicios de Cirugía maxilofacial y sus correspondientes departamentos de cirugía craneofacial, hemos tratado a un gran número de pacientes con problemas severos, muchas veces originados por síndromes congénitos y por otras patologías adquiridas que cursan con problemas dentales y faciales graves y en muchas ocasiones van asociados a otras limitaciones físicas y/o psíquicas. En Ortodoncia MGD tenemos un lema: “conseguir siempre el 100% para cada paciente”. De manera individualizada. Cada paciente tiene sus propias limitaciones, y en algunos casos esas limitaciones son mayores. Pero no por eso dejamos de tratarles.
Hemos ido adquiriendo formación y experiencia tanto en técnicas terapéuticas como en el desarrollo de protocolos y establecimiento de vínculos de comunicación con el resto de los especialistas que suelen tratar a estos pacientes. Pero más allá de eso hemos marcado un sello personal a nuestro modo de trabajo con estos pacientes. Todo nuestro equipo se vuelca de manera especial con ellos. Entendiendo que no son tratamientos fáciles, que el tiempo en consulta es más largo y que las familias suelen necesitar un acompañamiento aún más estrecho.
Cada día intentamos buscar medios adicionales que nos permitan tratar a estos pacientes de manera cada vez más cómoda, también para ellos. De ahí que estemos comenzando a implementar el uso de sedación en la clínica: tanto con servicio adicional por parte de equipo de anestesia en sedación intravenosa como con la incorporación en breve de sedación mediante óxido nitroso. Estas técnicas permitirán realizar muchos más tratamientos en clínica dental sin tener que recurrir a anestesia general. Y poder también realziar procedimientos que para otros pacientes son rutinarios, de manera mucho más sencilla en estos pacientes. Sedación consciente.
Trabajar día a día con pacientes con necesidades especiales nos reporta una satisfacción continua y poder seguir avanzando en el camino a una mayor integración es un objetivo que nos motiva de manera muy especial.
Las sonrisas de estos pacientes y sus familiares son las más bonitas de la clínica.
¿YA TIENES 6 AÑOS?
Para los más pequeños de la casa tenemos un amplio abanico de aparatos que se puedan adaptar a su rutina diaria. Nuestra filosofía consiste en realizar una primera visita alrededor de los 6 años. ¿Por qué a esta edad? Porque es cuando ya tenemos parte de la dentición definitiva (muelas e incisivos) que nos van a permitir apoyarnos con nuestros aparatos de manera más cómoda y eficaz para el niño.
Esta primera visita temprana nos permite hacer ortodoncia interceptiva. Con pequeñas actuaciones (muchas veces sin aparatos) vamos guiando la erupción evitando así tratamientos eternos y más costosos. Tráenos a tu hijo antes de esta edad si te parece que tiene un problema severo, si el pediatra a tu dentista de cabecera te lo aconseja o si tiene algún hábito como chuparse el dedo.
Tradicionalmente se ha solido pensar que la ortodoncia era un tratamiento para niños y adolescentes. Con el tiempo se ha ido generalizando su uso y los pacientes ya saben que se hacen tratamientos de ortodoncia no sólo las personas jóvenes sino también de edad más avanzada. Pero no deja de ser cierto que el mejor momento para hacer un tratamiento de ortodoncia es la edad infantil.
Y la pregunta siempre es la misma: ¿a qué edad hay que pensar en colocarle los dientes a un niño? La respuesta que en Ortodoncia MGD creemos es la adecuada es que la primera visita de ortodoncia se realice entre los 6-7 años de edad.
Antes veremos al paciente si o bien los padres o el pediatra han detectado algún problema severo de mordida o de erupción dentaria. También cuando el odontopediatra nos deriva al niño que está tratando. En esas edades tempranas haremos tratamiento sólo en casos muy severos (por ejemplo, maxilar muy estrecho), intentando hacer tratamientos muy cortos, con aparatos cómodos y con el objetivo de solucionar sólo el problema más severo, el resto lo trataremos cuando comience la primera fase del recambio dentario. En muchas ocasiones se trata de ortodoncia interceptiva guiando la oclusión, haciendo manejo de hábitos y soporte en rehabilitación de funciones como respiración (niños con vegetaciones, hipertrofia de amígdalas…).
En esta etapa del desarrollo óseo y dental nos dedicamos a hacer ortopedia (tratamiento a nivel del crecimiento de los huesos) y a movimientos menores dentales. Lo más frecuente es tener que hacer expansión de las arcadas para ganar espacio para favorecer que los dientes definitivos puedan erupcionar correctamente sin tener que quitar ninguno. A esta edad el hueso es muy moldeable y nos permite una remodelación grande y de manera estable en el tiempo. En función de si hay que expandir el hueso de base (en el maxilar superior) o si es sólo el hueso dentoalveolar (en el que se anclan los dientes), escogeremos un aparato u otro.
Para la expansión esquelética el aparato por excelencia es el disyuntor. Puede ir anclado con unos aros de metal a los molares (bandas) o ser de acrílico e ir pegado a todos los dientes posteriores. Este último modelo nos permite que durante el tratamiento el niño vaya colocando la mandíbula en su posición correcta: un maxilar estrecho suele provocar una mordida cruzada ya que al morder sobre ese maxilar estrecho tropiezan todos los dientes lo cual es muy incómodo. Entonces el niño desvía la mandíbula hacia un lado de manera que un lado muerde bien y el otro completamente al revés, pero ya no tropieza. Esta situación mantenida en el tiempo hará que la mandíbula crezca de manera asimétrica ya que el lado de la mandíbula desde el que más tira (el contrario de hacia donde desvía) se estimula más y crecerá más. Si no se trata a tiempo se convertirá en una asimetría ósea completa que, si bien dentariamente, muchas veces se puede tratar o camuflar más adelante, en otros casos requerirá cirugía ortognática para corregir el problema completamente.
El disyuntor es un aparato fijo al que se le dan vueltas todos los días (enseñamos a los padres en la clínica y lo realizan sin ningún problema en casa) siendo una expansión rápida que en unas 3-4 semanas está conseguida. Luego hay que mantener el aparato en boca (va pegado a los dientes) durante 2-3 meses más.
Hace tiempo que combinamos esta terapia con el uso de alineadores (InviKids) de manera simultánea, ya que la arcada inferior por el tipo de hueso no nos permite hacer una expansión así, y mientras el niño mantiene su disyuntor consolidando el hueso expandido, va empleando alineadores en la arcada opuesta y vamos ganando expansión también para los dientes inferiores.
En los casos en los que el paciente tiene un maxilar no sólo estrecho sino poco desarrollado en sentido anteroposterior combinamos el uso del disyuntor con la máscara facial (que tira del maxilar hacia delante) como explicamos en la sección de ortopedia.
La primera fase de ortodoncia se realiza cuando el niño está en la primera fase de recambio dentario (en casos extremos hacemos algún tratamiento de ortodoncia interceptiva antes, pero de corta duración). El recambio dentario tiene dos fases: la 1ª cuando erupcionan los primeros molares definitivos o molares de los 6 años y se caen los cuatro incisivos superiores e inferiores y salen los definitivos. Esto sucede alrededor de los 6 años. La segunda fase suele iniciarse entre los 9-10 años con el recambio de los molares temporales por premolares y de los caninos temporales por caninos definitivos, y termina sobre los 12 con la erupción de los segundos molares definitivos también llamados muelas de los 12 años y de los caninos superiores. Nuestra segunda fase de tratamiento de ortodoncia (en los niños que ya han tenido una primera fase) o el comienzo del tratamiento global en los casos en los que no se he hecho nada antes, comienza antes de terminar el recambio. Entre estas dos fases solemos hacer controles de erupción a nuestros pequeños pacientes para asegurarnos de que no se descontrolan los casos y poder hacer tratamiento interceptivo menor si hace falta (mantenedores de espacio, extracciones guiadas, control de hábitos, monitorización del crecimiento…)
En esta primera fase nos ocupamos de:
- desarrollo transversal de las arcadas generando espacio para los dientes presenten en boca y para los definitivos que ya se han formado dentro del hueso (mordidas cruzadas y compresiones)
- conseguir simetría de arcada correcta que prevenga de la aparición de asimetrías óseas
- alineamiento correcto de los dientes presentes para servir de guía para el resto de la erupción (apiñamiento y malposiciones)
- corrección de problemas verticales. Los niños que tienen mordida abierta (no cierran los dientes anteriores) tendrán problemas de respiración (suele ir acompañado de hipertrofia de amígdalas o vegetaciones), de pronunciación y masticatorios. Al no tener una buena guía de mordida en la parte anterior de la boca la mandíbula crecerá sin control emporando ese problema vertical y los asociados. Si por el contrario hay sobremordida (los dientes superiores tapan en exceso a los inferiores), la mandíbula estará bloqueada y aunque tenga un buen potencial de crecimiento, éste no se expresará y luego el paciente necesitará más ortopedia.
Hasta no hace mucho empleábamos aparatología tradicional. Siempre que se podía optábamos por aparatología fija por comodidad para los padres y para depender menos de la colaboración del paciente en cuanto al uso de aparato (si bien hace falta colaboración en la higiene y en vigilar que los aparatos no provoquen heridas o se claven). Pero la arcada inferior está mucho más limitada a la hora de poder escoger un aparato de este tipo. Por lo que solíamos optar por un aparato de quita y pon de expansión. Los aparatos más frecuentemente usados son:
- Quad-helix: es un aparato fijo de alambre que va pegado a las muelas de los 6 años y lleva alambre por detrás del resto de los dientes. Hace expansión.
- Placa Hawley de expansión: es un aparato removible de acrílico con unos alambres que lo sujetan a las últimas muelas y por delante de los dientes anteriores. Lleva un tornillo que es aditamento que nos permite dar vueltas e ir expandiendo la arcada a base de ir separando las dos mitades de las que consta el aparato. A diferencia del disyuntor, éste no hace expansión a nivel del hueso de base y es lento (el disyuntor suele tener un ritmo de 2 vueltas /día y la placa de 1 /semana). Cada vuelta consigue 0,25 mm. El problema de este aparato es que al ser de quita y pon os niños se lo quitan, lo pierden, lo doblan y lo rompen. Cada vez que esto ocurre y está un par de días sin aparato, la expansión que habíamos logrado se empieza a perder y cuando se vuelve a colocar el aparato, al ser de un material muy rígido, roza en la mucosa y hace llagas con lo cual se deja de usar. Cada vez que hay que repararlo por molestias o por roturas hay que mandarlo al laboratorio y el niño tiene que venir dos veces: la primera a hacerse un molde para el reajuste y a dejarnos el aparato, y otra para recogerlo, probarlo y ajustarlo si hace falta.
- Barra transpalatina y arco lingual: son dos aparatos fijos (superior e inferior) que nos ayudan a anclarnos en los molares para mover el resto de dientes. En nuestro caso lo solemos usar como mantenedores de espacio.
- Ortodoncia con alineadores para niños. Desde hace unos años por fin disponemos de alineadores especiales para niños: tanto en el diseño como en el coste. La mayoría de nuestros casos los tratamos con esta técnica ya que nos permite realizar varios movimientos a la vez e incluso combinarlo con ortopedia (con disyuntor y con avance mandibular). Con la aparatología tradicional primero hay que expandir y ganar espacio y luego colocar los dientes. Los incisivos los colocamos o con brackets o en el caso de los inferiores cuando el paciente usa una placa vamos “empujándolos” con unos resortes de alambre, si bien muchas veces terminamos colocando brackets por ser más rápidos y efectivos. Pero en los segmentos laterales de la boca no hay dientes definitivos, y colocar en esos dientes temporales brackets implica una fuerza excesiva sobre unos dientes que se van a terminar cayendo, y podríamos provocar una pérdida temprana de esos dientes de leche, así que no se suelen emplear. Esto hace que para alinear la arcada dependamos de aparatos menos individualizados que los alineadores y sin apoyo más que en los molares.
El tratamiento InviKids tiene una serie de ventajas
- Son de quita y pon y no interfieren con los hábitos de vida ni con la higiene. El niño puede comer de todo sin preocuparse de que se le caigan los brackets, no rozan y no retienen comida (hay que cepillarse y tener un buen hábito de higiene, pero es más sencillo que con brackets). Puede practicar deportes con ellos sin que un balonazo se los vaya a clavar en el labio.
- No hacen daño por lo que el paciente colabora muy bien
- Si un alineador se rompe tendremos más para cambiar
- Si se despega un atache (unos de los pegotitos que van en los dientes para ayudar con los movimientos y con la retención del aparato) no hace falta acudir a la clínica de urgencia, es más demorable la visita porque no se quedan como los brackets colgando y rozando
- Permite hacer varios movimientos a la vez por lo que es más rápido y efectivo
- Si tenemos dientes que no queremos mover (están a punto de caerse, están anquilosados…) podemos hacer nuestro plan de tratamiento de manera que esa zona no se mueva, el aparato va adaptado al 100% a la boca del paciente en cada momento
- Podemos adaptar el ritmo de cambios de alineadores y de movimientos a cada niño (hay niños “muy movidos” que los pierden con más facilidad)
- Distanciamos más las visitas: el paciente siempre se va a llevar suficientes alineadores hasta la siguiente cita y alguno de reserva, se los va cambiando en casa)
- En pacientes con lesiones del esmalte podemos decidir no colocar ataches en esas superficies o alejarlos de ellas. Con los brackets no es posible. Además, el poder quitárselos para comer hacer que controlemos mucho más esas zonas de riesgo. También podemos colocar geles desensibilizantes y remineralizadores en los alineadores ampliando así el tiempo de efecto de esos productos sobre los dientes.
- En niños rechinadores protegemos los dientes de ese desgaste
- Por la facilidad de uso y las casi inexistentes molestias, podemos trabajar con niños con discapacidades y síndromes en los que otros tratamientos eran imposibles o un gran reto teniendo tasas altas de abandono.
- Una pega que nos ponen a veces los más pequeños es que los quieren de colores. Pues bien: en Ortodoncia MGD tenemos materiales para poner los ataches de colores, las gomas también e incluso unas pegatinas especiales para decorarlos.
Les animamos a que vengan con sus hijos y les hagamos una primera revisión, en muchos casos no hará falta tratamiento o será más sencillo rápido y económico de lo que esperan. Hemos hecho un esfuerzo en la clínica para conseguir que este tratamiento tenga el mismo coste que el tradicional. En la primera vista haremos unas fotos y si recomendamos tratamiento haremos un escaneado (nada incómodo para el niño) y les realizaremos una simulación para que puedan ver en qué consistiría el tratamiento. Además, todo esto que leen aquí, lo podrán ver con vídeos explicativos y con los aparatos físicamente.
Nuestro consejo es que acuda la familia, nos preocupamos por hacer tratamientos globales y aconsejar a todos en casa sobre los distintos hábitos de cuidado dental. Así para los niños también es más más fácil.